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Comarca Nordeste de Segovia



Emprendimiento rural

Lavandería Mileva 2000: garantizando la continuidad de un servicio esencial

La lavandería industrial Mileva 2000 de Campo de San Pedro continúa su exitosa trayectoria bajo la gestión de dos parejas emprendedoras que apostaron por el medio rural. Un servicio esencial que mantiene su compromiso con hoteles y casas rurales de la comarca, generando empleo y demostrando el potencial de los negocios locales.

Campo de San Pedro mantiene vivo uno de sus servicios más queridos gracias al empuje y la ilusión de dos parejas que han apostado fuerte por el medio rural. La lavandería industrial Mileva 2000, un negocio con historia en nuestra comarca, cambió de manos hace poco más de dos meses cuando María, su hermana y sus respectivas parejas decidieron coger las riendas con energía renovada.

La anterior propietaria, conocedora del valor de su negocio para los establecimientos de la zona, no dudó en traspasar el testigo a estas dos parejas para asegurar que Mileva siguiera siendo el corazón limpio de nuestros hoteles y casas rurales. La hermana de Maria y su marido hicieron las maletas en Bilbao con la ilusión de empezar de cero en el pueblo, mientras María, siempre fiel a sus raíces, continuaba en la comarca que la vio crecer.

Hoy, diez personas forman la gran familia de Mileva 2000: dos incansables repartidores recorren los pueblos recogiendo y entregando, mientras el resto del equipo transforma montañas de ropa sucia en pulcras servilletas, impecables manteles y esponjosas toallas y sábanas que luego lucen en los mejores establecimientos turísticos del Nordeste segoviano.

"Volver al pueblo ha sido lo mejor que podíamos hacer", nos cuenta Maria con una sonrisa que lo dice todo, mientras observa cómo ella y su pareja han encontrado su sitio en este rincón de Segovia donde cada día escriben un nuevo capítulo de su vida.

El sueño de estos emprendedores no se detiene: "Queremos mantenernos y seguir creciendo", afirman con la mirada puesta en un futuro que se antoja prometedor gracias a la creciente demanda de sus servicios.

Esta bonita historia de traspaso empresarial nos demuestra que nuestros pueblos siguen muy vivos y que servicios tan necesarios como una buena lavandería industrial pueden asegurar su continuidad con personas dispuestas a apostar por el mundo rural. ¡Toda una lección de emprendimiento con aroma a limpio!