Gracias

A largo de estos años, el periódico El Nordeste de Segovia me ha permitido pintar Sepúlveda a través de mis palabras, me ha permitido descubriros mi lugar favorito del mundo, con el único fin de que conocierais un poquito más de mi pueblo y descubrierais lo que sus rincones esconden.
Escribir este espacio ha sido un regalo y privilegio, porque los que amamos crear encontramos en estos medios el lugar perfecto para llegar a un público fiel y maravilloso y, sobre todo, para poder contar desde el corazón.
Se cierra una etapa, pero no es un hasta siempre, sino hasta el mes que viene. Es un placer para mí seguir escribiendo Rincones y llegar a vosotros a través del mundo digital, a través del periódico digital que comenzó hace unos meses su andadura. Esto os dará la oportunidad de leerlo desde cualquier rincón del mundo, en el dispositivo que queráis y a la hora que más os guste.

Porque tiene un poquito de cada pueblo y es la mejor manera de estar informados de todo lo que acaece en nuestra preciosa comarca. La digitalización nos permitirá seguir estando conectados a nuestras raíces, al alma y a la esencia de nuestros pueblos, de nuestra comarca, el Nordeste de Segovia. Y a través de él descubrir que todavía nos queda mucho por conocer, que todavía nos queda mucho por vivir, y que podemos llegar mucho más a través de este nuevo canal que nos reportará una mayor visibilidad.
Me despido de El Nordeste de Segovia en papel, con la satisfacción de saber que sigue teniendo larga vida y de que podré llegar no sólo a los hogares de todos los que hoy leéis mis palabras, sino de que, a partir de ahora, podré cruzar montañas, mares, desiertos, océanos, glaciares y bosques para llegar a cualquier rincón.
Marzo de 2024 no es sólo el mes que dice adiós al periódico en papel y comienza con firmeza esta nueva etapa, es también el mes en el que mi maravillosa madre comienza su jubilación.

Hace meses os hable de esos rincones, de esas tiendas que durante la pandemia abrieron sus puertas para dar servicio a los ciudadanos aun cuando el miedo nos permitía al resto estar en nuestros hogares. Mi madre fue una de esas personas que no faltó a su cita diaria y que salvo en dos ocasiones, por nacimiento y enfermedad, ha estado al pie del cañón con una sonrisa lloviera, nevara o hiciera 40 grados.

Para mí es un orgullo poder dedicar estas palabras a una de las personas más importantes de mi vida, Margarita Cristóbal Albarrán. Has sido, eres y serás mi ejemplo e inspiración por todos los motivos del mundo. Y quiero concluir dedicando estas últimas frases en papel a nuestros padres y madres, a nuestros abuelos y abuelas, a todos esos que han mantenido y mantienen viva nuestra comarca con su esfuerzo, paciencia y amor.

Es hora de darles y darnos las gracias por habernos transmitido el amor por esta tierra y por seguir creyendo que esta comarca ha de ser nuestro hogar.