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Entrega de la "vara de mando" del Alcalde de Riaza a la Alcaldesa aguedera en 2024.
Entrega de la "vara de mando" del Alcalde de Riaza a la Alcaldesa aguedera en 2024.

Actualidad

Cómo se celebra Santa Águeda en nuestra comarca

Durante todo febrero se celebra la festividad de Santa Águeda, oficialmente el 5 de febrero, una de las fiestas más emblemáticas de nuestra comarca con gran acogida en la mayoría de pueblos que componen el Nordeste de Segovia.

Observando la vida podremos apreciar cómo hay una norma eterna allá donde se mire: todo cambia. Al rostro le salen arrugas, salen bellos casi simultáneamente a la vez que se caen los cabellos y las montañas unas veces son nevadas y otras de roca vista. Son hasta diferentes los inviernos que recordamos de los que vivimos. Y como cambian los paisajes, cambian los rostros de las personas y las formas de vestir; y hasta la forma de vivir algo tan poco cambiante como la familia, también cambia. Lo único que parece no cambiar son nuestras tradiciones. Pero estas últimas únicamente parecen, porque cambiar, también cambian.

En cuanto a las tradiciones, a veces hay que prescindir y adaptar determinados elementos para poder preservar la esencia del conjunto, algo con lo que un tal Darwin seguro que estaría muy de acuerdo. Así es como no escapan del cambio la celebración de nuestras Águedas. El festejo tradicional podría ubicarse dentro de los llamados “rituales de inversión simbólica”. En ellos los participantes llevan a cabo prácticas que alteran el orden establecido durante un tiempo limitado, afianzando y reforzando al poder establecido, durante el resto del tiempo.

En postreros años no podrá dudar nuestro lector que las relaciones de género tendían bien poco a la semejanza e igualdad entre cónyuges. Pues bien, en este contexto, uno de los elementos más significativos de la celebración de las Águedas es que “las mujeres toman el poder”, mediante la cesión de la vara de mando por parte del alcalde. En dicha expresión simbólica se aprecia inconscientemente que son las mujeres las gobernadas durante el resto del año en el que quiénes ostentan el poder son los hombres. Era única y circunstancialmente, además de ser un tiempo previamente acotado, cuando, como medida de gracia, los hombres aceptaban que las mujeres “mandaran” o “gobernasen”, lo cual era una clara reafirmación del dominio masculino.

No podrá escapar al lector que nuestros tiempos distan en bastante, y por fortuna, de aquellos contextos ulteriores cuando no era la igualdad la que premiaba. Y si esto es así, existiendo diversas alcadesas en nuestros tiempos, compartiendo cada vez más el poder hombres y mujeres, ¿no dejaría de celebrarse Santa Águeda? Aquí es donde el cambio en las tradiciones ejerce su papel decisivo. Nuestro contexto social y nuestras relaciones de género han cambiado, cambiando el significado de algunos elementos de nuestra tradición. Como vemos en la celebración de muchos pueblos, hoy en día podemos encontrar en algunos lares la ausencia de la entrega de la vara de mando o una menor presencia del traje regional como elemento estético. Pero se ha potenciado el elemento definitorio: el carácter femenino y social de la festividad. La celebración de Santa Águeda actualmente ofrece una ocasión para el reconocimiento de los derechos y la libertad de las mujeres, así como un alegato de la capacidad de asociación civil que el género siempre ha mantenido, incluso en épocas grises. Cuando aún los derechos femeninos eran una quimera, las aguederas y su sistema organizativo ejercían como un espacio de convivencia exclusivo no mixto para el desarrollo cooperativo femenino. De esta forma, según la fisionomía, historia y el carácter de las gentes de los pueblos, predominan algunos elementos sobre otros, donde la preservación de los elementos estéticos folclóricos tiene un peso oscilante (hablamos de la presencia de dulzainas, la participación de los estamentos políticos y religiosos, la presencia de traje regional…) pero se mantiene de forma generalizada la celebración de una jornada de convivencia femenina trasgeneracional.

Por ello apreciamos como en el siglo XXI, la celebración de las Águedas en nuestro territorio se ha convertido en un ritual de convivencia femenina y también en un mecanismo de revitalización de la vinculación e identificación municipal. De esta forma, tanto mujeres residentes habituales, esporádicas y puntuales, como también mujeres que luchan por mantener la relación con el hogar de sus antepasados, vuelven al pueblo para festejar en este ritual que si bien ha cambiado y cambiará, cumple una función primordial: vincular diferentes generaciones de mujeres, relacionando la lucha de las pasadas con las esperanzas de futuro de las presentes.

*En la galería pueden ver diferentes formas y celebraciones de Santa Águeda en los diversos pueblos de nuestra comarca durante este 2024.