Ocio y cultura
Huercasa Country Festival celebra una década llevando el country a la meseta castellana
Diez veranos han bastado para que el sonido del country se haya convertido en parte del paisaje de Riaza. Lo que comenzó como un sueño para acercar esta música a la meseta castellana cumple este mes de julio diez ediciones, convirtiendo al Huercasa Country Festival en una cita ineludible para los amantes del género.
El evento, que se celebrará del 18 al 20 de julio, ha logrado crear una fórmula única en el panorama festivalero español: un formato que rechaza los artificios y apuesta por la autenticidad, donde la música country se funde con los valores del mundo rural en un entorno privilegiado. Félix Moracho, presidente de Huercasa, y David Jiménez-Zumalacárregui, director del festival, repasan una década de historia que ha transformado Riaza en epicentro del country español, atrayendo cada año a miles de visitantes que encuentran en este rincón segoviano mucho más que un festival: una experiencia que conecta la música con la vida en el campo, la gastronomía saludable y el respeto por el entorno rural.
Un sueño que nació lejos de Riaza
La génesis del festival se encuentra en los viajes profesionales de Félix Moracho, presidente de Huercasa, a Brasil. "Había conocido grandes espacios donde la gente escuchaba y bailaba country, allí hay mucha afición, y así me di cuenta del vínculo entre esa música y nuestro principal producto, el maíz en mazorca: donde hay country, hay mazorcas", explica Moracho.
Esa conexión entre los valores del mundo rural americano y los principios de la empresa fue la semilla que dio lugar al festival. Una visión que David Jiménez-Zumalacárregui, director del evento, supo materializar en un formato poco habitual: un festival que cuida cada detalle y propone una experiencia completa donde la música actúa como hilo conductor.
"Huercasa Country Festival no nació para seguir una moda", comenta Jiménez-Zumalacárregui. "Desde el principio buscamos algo con sentido, donde el entorno, la música y la experiencia tuvieran una armonía real. No nos interesa competir con otros festivales. Queremos seguir siendo ese lugar donde todo el mundo encuentra su espacio".
Riaza, escenario inseparable
La elección de Riaza como sede no fue casual. Para Moracho, mantener el festival en un entorno rural es fundamental: "Promover el ámbito rural es una de nuestras máximas como empresa, no solo creando empleo de calidad en núcleos rurales, sino también contribuyendo a que tengan vida y actividad. Riaza encaja plenamente en esa idea, con la ventaja de estar muy cerca de Madrid".
El paso del tiempo ha consolidado un público fiel que comparte los valores del festival. "Desde el primer momento se ha dado una relación de complicidad que se ha ido afianzando", explica el presidente de Huercasa. "Muchos de los que nos visitan cada año comparten con nosotros ese amor por el entorno rural, por la alimentación saludable, por el respeto a los demás, al entorno, a los animales… y por la música y el baile, claro".
Entre los recuerdos más especiales, Moracho destaca "el cierre del primer festival, con The Jayhawks, que repiten este año, bajo la luna llena de Riaza; o el concierto de The Mavericks, uno de los más espectaculares". También hubo momentos menos agradables, como la suspensión de la jornada del viernes de 2017 debido a las intensas tormentas.
Madurez sin perder la esencia
David Jiménez-Zumalacárregui ha visto evolucionar el festival durante esta década: "Ha habido muchos instantes en los que he sentido con claridad que este festival es especial. Por cómo responde el público, por cómo agradecen los artistas el trato, por los abrazos al terminar. Todo eso no se puede forzar, solo se consigue cuidando el proyecto".
El director del festival destaca cómo han aprendido a escuchar al público y a descubrir qué artistas conectan con el espíritu del evento. "Nos mueve la autenticidad, no el algoritmo. Ves las mismas caras año tras año, y al lado, otras nuevas que vienen recomendadas. El boca a boca ha sido siempre nuestro mejor cartel".
Los abonos para los tres días están disponibles por 80€ (más gastos de gestión), mientras que las entradas de día cuestan 45€ (más gastos de gestión). Ambas pueden adquirirse a través de la web oficial.