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Juan Carlos Martín en su taller de Fresno de Cantespino
Juan Carlos Martín en su taller de Fresno de Cantespino

Reportajes

De los talleres al museo: la alfarería de Juan Carlos Martín

El alfarero Juan Carlos Martín ofreció el fin de semana del 28 al 29 de octubre un curso de alfarería en su taller en Fresno de Cantespino. Hablamos de su trayectoria y perspectiva sobre el gremio.

¿Cuándo empezaste con la alfarería?

Toda la vida, es un oficio de tradición. Los alfareros hemos aprendido desde pequeños jugando con el barro. Recuerdo que, como no llegábamos solos a utilizar el torno, mi hermano y yo nos turnábamos para que uno usara el volante mientras el otro apretaba el pedal. Mi padre fue alfarero, como mi abuelo. De hecho, en Fresno podemos contar entre siete y ocho generaciones de alfareros en mi familia. Desde el Catastro del Marqués de Ensenada en 1752 podemos atestiguar que ha habido alfareros en el pueblo. Sin embargo, no creo que vaya a haber relevo generacional. En pocos años en el norte de España quedarán siete u ocho. Las escuelas de cerámica pueden ayudar, pero es complicado que alguien se enganche exclusivamente con ello a la alfarería tradicional.
¿Aún hay algo que se pueda hacer para conservarla?


Al tema de los oficios hay que darle una vuelta, sin dudas. A la gente hay que darle los conocimientos para que puedan trabajar, al igual que a un camarero, electricista o un carpintero. Y esto debe abordarlo la formación profesional. Nosotros los alfareros seguimos haciendo lo que sabemos y podemos: practicando, innovando, formándonos, y ahora además estamos intentando asentar la dinámica de los cursos de formación.

¿Cómo suelen funcionar los talleres que impartes?


A los alumnos les doy la oportunidad de un primer acercamiento al barro. Empecé con los cursos impartiendo uno con un amigo. Sobre el 2019, repetimos ambos en mi taller y, desde entonces, en las ferias la gente solía preguntarme si volvería a hacerlos. Entendí que había demanda y empecé a publicitarlos desde mayo, con un formato intensivo de fin de semana para seis alumnos. El uso de las redes sociales permite visibilidad a los cursos, sin él estaría complicado puesto que los participantes vienen de Madrid, Guadalajara, Vitoria, y también de la comarca…

Tienen la oportunidad de formarse con un alfarero que expone en museos…


Bueno, todo viene por en el Congreso de Ceramólogos de Segovia. De ahí se me ofreció hacer una exposición para el museo, que en un primer momento pensé que sería una colección de 50 piezas, pero también añadieron piezas otros alfareros. Se nos ocurrió que podríamos encender mi horno tradicional (que tiene 9 metros cúbicos) y con ese espacio de cocción, abrimos la colección a piezas hechas por la colaboración de otros artistas como escultores o pintores, con la condición de que el barro fuera de Fresno de Cantespino y se usara el horno tradicional, pero cada uno con su pieza y estilo propio. Por supuesto, aprovechamos la ocasión para hacer un encuentro entre diferentes artistas.