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Comarca Nordeste de Segovia



Paz Villapecellín está al frente Moncedillo desde principios de año. Junto a ella, su hija Conchi, que trabaja con ella en la elaboración de los quesos artesanos.
Paz Villapecellín está al frente Moncedillo desde principios de año. Junto a ella, su hija Conchi, que trabaja con ella en la elaboración de los quesos artesanos.

Emprendedores

Moncedillo, sin trampa ni cartón

Tuvo que renovarse para trabajar en la comarca y evitar volver a Madrid. Desde principios de 2024, Paz Villapecellín está al frente de la quesería artesanal Moncedillo, manteniendo el espíritu con el que nació y donde cada uno de sus productos se elabora con el mimo y esmero de las cosas hechas a mano.

Aterrizó en el Nordeste de Segovia en la localidad de Prádena, donde tenía vínculos familiares, para montar un estudio de arquitectura de interiores, profesión para la que se había formado. El negocio no fue todo lo bien que hubiera deseado, pero lejos de hacer las maletas y volver a la capital, Paz apostó por quedarse en la comarca, que era lo que en realidad quería, y empezó a trabajar en la quesería de su amigo Juan Carlos, en Campo de San Pedro, comenzando un oficio del que no sabía nada y que ahora se ha convertido en su pasión.
Unos años más tarde Juan Carlos puso la quesería en venta. Fue cuando Joaquín Manchado y Esther García, recién llegados a Cedillo de la Torre, la compraron. Y ahí empezó la aventura de Moncedillo. Una quesería artesanal, donde todo el proceso de elaboración se hace manualmente y con mucho mimo de principio a fin.
Un proyecto en el que siempre se ha prestado especial atención a la innovación, hacer un queso diferente, un producto de autor. Fue cuando Joaquín, sabedor del buen hacer de Paz, se puso en contacto con ella y empezaron a trabajar codo a codo. Comenzaron con las pastas blandas, sacando al mercado Moncedillo original, que fue acogido con gran éxito, y poco a poco fueron ampliando mercado, haciendo variantes con pimentón y con trufa, un queso azul o yogures artesanos. Cada uno de ellos distintos, en cuanto a características, sabor y aromas, pero todos bajo el denominador común del cariño y el cuidado que requiere la elaboración artesanal de los productos hechos a mano.

Paz elabora sus quesos de manera totalmente artesanal, desde que la leche llega a la quesería hasta el proceso de volteo, cepillado y maduración.

Cuando Joaquín decidió jubilarse y dejar la quesería, tras un período de reflexión y de pensar las cosas, Paz tomó la decisión de ponerse al frente del negocio, tras trece años de trabajo con su compañero, y desde principios de este año es la nueva propietaria de la quesería artesanal Moncedillo. Como ella misma dice, el mundo del queso es muy amplio, infinito en cuanto a sabores, texturas y aromas, y es algo que me enamoró desde el principio. Por eso me daba mucha pena que la quesería cambiara de manos y se perdiera la esencia con la nació.
Junto a ella trabaja su hija Conchi, de 28 años, que aunque no tiene formación específica en este campo, ya había estado trabajando con Joaquín en períodos puntuales, y afirma que es un mundo que le encanta.
Moncedillo elabora sus productos con leche cruda de oveja de la zona, que impregna a sus quesos las características del terreno en el que pasta el ganado. Su producción, de 1.000 litros semanales, se elabora en los 2 primeros días en los que llega la materia prima, para preservar toda su calidad y frescura, y siempre bajo los más estrictos controles de calidad.
Paz mantiene todos los productos de la etapa anterior de la quesería, si bien sigue innovando. Prueba de ello fue la presentación de un queso de oveja de coagulación ácido-láctica, con el que llevaba mucho tiempo experimentando, que está teniendo gran éxito y que se ha presentado en varias ferias de alimentación.