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Segunda etapa del Camino Benedictino
Los caminantes subieron, en Sepúlveda y Burgomillodo, a bordo del autobús, que les llevaría al inicio de la ruta. Iniciaron la marcha siguiendo la ribera del río Esgueva hasta la ermita de Nuestra Señora del Juncal. Desde ahí, tras una pequeña subida, pudieron ver la ribera del río Gromejón y la localidad de Valdeande, donde visitaron la iglesia de San Pedro, con parte románica y parte gótica, con pila bautismal románica y un retablo del siglo XVI de iconografía románica, gótica y barroca. En la misma localidad visitaron un lagar-museo con todos los elementos para sacar el mosto de la uva.
La segunda parte, completamente llana, trascurrió entre campos de cereales, muy coloridos por la diversidad y abundancia de flores y con una temperatura perfecta para el senderismo. Finalmente, llegaron a Tubilla donde, nuevamente el autobús, les devolvió a Burgomillodo y Sepúlveda.
La idea de recuperar este camino está en los recuerdos infantiles de unos abuelos que les hablaban a sus nietos de dos monjes benedictinos que pasaban por el Valle de Tabladillo hacia San Frutos donde permanecían uno o dos años. Jesús Lobo, uno de esos nietos y principal promotor de este camino, acudió con Jaime Izquierdo (párroco de 16 pueblos del Nordeste de Segovia y de la ermita de San Frutos), al monasterio de Silos donde el Abad les indicó, más o menos, la ruta que seguían los monjes. A partir de ahí, diseñaron las distintas etapas hasta el priorato. La primera de ellas transcurrió entre Silos y Espinosa de Cervera el pasado 28 de octubre con la participación de 65 personas. Les gustaría realizar la última El Valle de Tabladillo- San Frutos al año el 1 de mayo y coincidiendo con la asamblea general de la Hermandad.