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La falta de conocimiento sobre las nuevas tecnologías es uno de los principales factores por el que las personas mayores tienen dificultad a la hora de conectarse a internet.  En la imagen, varias personas en uno de los talleres para el uso de las nuevas tecnologías que imparte CODINSE en la localidad de Alconadilla.
La falta de conocimiento sobre las nuevas tecnologías es uno de los principales factores por el que las personas mayores tienen dificultad a la hora de conectarse a internet. En la imagen, varias personas en uno de los talleres para el uso de las nuevas tecnologías que imparte CODINSE en la localidad de Alconadilla.

Reportajes

Adaptarse a los cambios, una necesidad para toda la población

La adaptación a los distintos cambios a lo largo del tiempo nunca ha sido fácil, sobre todo para los más mayores. Sin embargo, eso no es excusa para quedar rezagado y lanzarse a aprender en el uso de las nuevas tecnologías, así como de los demás utensilios de la vida diaria.

A lo largo de nuestra existencia, los cambios se suceden sin darnos cuenta, porque forman parte de nuestra vida diaria y no queda más remedio que adaptarse a los mismos si no queremos quedarnos atrás. Nuevas formas de conducir, nuevos utensilios en el hogar, cambios en la forma de hablar por teléfono... y al igual que no nos damos cuenta de ello, tampoco percibimos que hay un sector de la población, los más mayores, a los que les cuesta adaptarse a estos cambios, lo cual les hace más difícil integrarse en la sociedad de la que todos y todas somos parte.
Y no es que no sean capaces, no. Para nada, ni mucho menos.... ellos han pasado por más cambios en sus vidas que todos nosotros: muchos han pasado las penurias de una guerra, han empezado a cocinar en un hogar con leña, pasando después por el gas, le vitrocerámica y ahora la inducción. Han visto pasar de llamar por teléfono cuando sólo había un único terminal en una de las casa del pueblo, hasta tener uno propio. Y después, con la llegada de las nuevas tecnologías, resulta que aparecen los teléfonos móviles, y luego llega internet, y empezamos a comunicarnos con esto del whatapp... a ello sumamos los ordenadores, las tablets y los asistentes por voz, ¡y no digamos nada de la inteligencia artificial, que todos conocemos y casi nadie sabemos utilizarlo correctamente!

La llegada de la tecnología es el gran reto, y es responsabilidad de toda la sociedad ayudar y apoyar a quienes tienen mayores dificultades, simplemente porque así lograremos un entorno más inclusivo, amigable y fácil para todos.
El nivel de conocimiento sobre las nuevas tecnologías es un factor clave a la hora de saber utilizarlas, y la falta de ese conocimiento es lo que lleva a muchos de nuestros mayores a mantenerse al margen. No es el caso de Alfredo y Esperanza, que están bastante familiarizados con su uso por sus circunstancias personales, pero ellos están decididos a apoyar y promover el uso de las nuevas tecnologías, porque saben que así todos estaremos mejor, y ayudaremos a paliar un problema como es la soledad o la falta de integración de nuestros mayores en el día a día.

CODINSE también lo tienen claro, y desde hace tiempo ha comenzado a impartir unos talleres para el uso de las nuevas herramientas y aplicaciones que van llegando para lograr una sociedad más inclusiva.

DOSIER 1

Alfredo en su casa de Carabias, un antiguo palomar rehabilitado. Adquirió un asistente virtual por voz cuando Magdalena, su pareja, perdió la vista. Antes de hacerse con el terminal, ella, que estaba afiliada a la ONCE, leía los libros con audiolibros y CDs, ya que hacia pedidos al servicio de libros de la organización.

Principales dificultades de los mayores para enfrentarse a adaptación tecnológica.
Existen varios factores en esta situación. Analizando los más habituales, nos encontramos con los siguientes:
Limitaciones físicas: a veces, la falta de movilidad articular o problemas de visión pueden hacer más complicado el acceso a los dispositivos electrónicos.
Desconocimiento: se trata de un mundo complejo, o no saben la utilidad que puede suponer para ellos en el día a día.
Sensación de desfase: a los mayores a menudo les cuesta más absorber nuevos conocimientos.
Falta de implicación del mundo de la comunicación: la mayooría de las campañas en el uso de las TICS suelen estar protagonizadas por personas mucho más jóvenes que ellos.
Sin embargo, también podemos (y debemos) hablar de los múltiples beneficios del uso de las nuevas tecnologías en la tercera edad, como son la promoción de un envejecimiento saludable, la superación de los prejuicios, una mejora en la calidad de vida, combatir la soledad y el aislamiento, fortalecer la independencia y mantenerse más activos y de manera saludable. Lo dicho, es cosa de todos y cada uno de nosotros.

ALFREDO GARCÍA MUÑOZ (CARABIAS)

Alfredo tiene 70 años, y volvió a Carabias, su pueblo natal, al jubilarse, tras haber trabajado en Madrid toda la vida en empresas como Michelin o Telefónica, lo que le ha permitido estar familiarizado con las nuevas tecnologías prácticamente desde sus inicios.
Gran aficionado al deporte, distintas lesiones hizo que tuviera que abandonar este hobbie y comenzó a bailar, donde conoció a Magdalena, su pareja durante 22 años, y de quien ha ejercido como cuidador los últimos 15 a causa de la pérdida de visión de ella.
De hecho, adquirió un asistente virtual por voz precisamente por esta razón: que Magdalena pudiera ser un poco más independiente y valerse por ella misma a la hora de realizar tareas como encender la televisión, oír su música preferida o llamar por teléfono.
Alfredo afirma que siempre se tiene edad para aprender, y aunque él no ha acudido a los talleres que realiza CODINSE para los mayores en el uso de las nuevas tecnologías, ya que las controla con bastante soltura, sí que anima a hacerlos a todo el mundo. Creo que es importante saber navegar por internet, enviar un whatsapp o tener una cuenta de correo electrónico, afirma. Aunque no creo que sea necesario estar a la última, nos toca lo que nos toca.
Aunque sabe cocinar y se maneja sin problemas con electrodomésticos como la placa vitrocerámica o el microondas, es usuario del servicio de reparto de comida a domicilio de CODINSE, ya que le permite tener libertad para hacer otras cosas, ya que sigue siendo una persona muy activa.

ESPERANZA FERNÁNDEZ FUENTES (BARBOLLA)

Ha vivido en la isla de Menorca durante cuarenta años, en los que trabajó como empresaria al frente de un restaurante, pero ha vuelto recientemente a su pueblo natal, donde cuida de sus padres.
Su manera de hablar y expresarse, incluso de ver las cosas, denotan que ha pasado mucho tiempo fuera de la comarca, aunque siempre ha venido con mucha frecuencia, ya que su familia está aquí. "No es ni mejor ni peor, dice, pero está claro que cuando llevas viviendo tanto tiempo en otro sitio y con otro ritmo, las cosas se ven de distinta manera", afirma Esperanza.
En efecto, una de las cosas que más le sorprende, y no sólo aquí, sino en la gran mayoría de los territorios rurales de este país, es el problema de la cobertura para tener acceso a internet, algo básico hoy en día.
"¿Cómo quieren que la gente aprendamos, si no podemos tener acceso a una red de datos de calidad? Es algo inadmisible hoy en día y algo discriminatorio para los pueblos; queda mucho trabajo por hacer en este país, y los gobernantes municipales son quienes deberían hacer presión ante las autoridades u organismos competentes en la materia".
Esperanza está acostumbrada al uso del ordenador y el teléfono móvil. Consultar internet, redactar un correo electrónico o enviar un whatsapp no tiene mucho misterio para ella, pero defiende los talleres para mayores en el uso de las nuevas tecnologías porque lo ve algo necesario. Las personas mayores tienen conciencia por aprender, pero es necesario ayudarles, afirma.