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Comarca Nordeste de Segovia



Artículos culturales

La aldea como modelo de futuro sostenible

Desde hace más de treinta y cinco años Jaime Izquierdo Vallina (Asturias, 1958) trabaja en los territorios de genuina naturaleza campesina por superar los conflictos que han enfrentado las aspiraciones de desarrollo de la comunidad local con las de conservación de la naturaleza. En su opinión, para solventar este desencuentro, propiciado en buena medida por la influencia hegemónica del pensamiento urbano-industrial, se hace imprescindible cambiar de perspectiva en ambas políticas —desarrollo y conservación— y promover simultáneamente, en una misma acción, los objetivos de conservación patrimonial y de desarrollo socioeconómico de la comunidad.

Como consecuencia de su trabajo ha sido distinguido con algunos premios, ha dirigido cursos y seminarios, ha impartido conferencias y ha publicado numerosos artículos y libros, entre los que destacan, Manual para agentes de desarrollo rural: ideas y propuestas para moverse entre la conservación del patrimonio y el desarrollo local (2002); El regreso del señor Hoffmann y otros relatos de ambiente entero (2005); La casa de mi padre (2012) y La ciudad agropolitana. La aldea cosmopolita (2019) entre otros.

El pasado agosto, Izquierdo Vallina visitó Saldaña de Ayllón para presentar su último ensayo "Una nueva economía para la aldea del siglo XXI" (2025) invitado por la Asociación vecinal local. Durante su intervención, el especialista en desarrollo rural expuso sus ideas sobre cómo recuperar el futuro de los pueblos sin renunciar a la modernidad.jaime izquierdo

El conflicto histórico entre desarrollo y conservación

Izquierdo Vallina explica que el enfrentamiento entre desarrollo y conservación es relativamente reciente y surgió con la Revolución Industrial. Según su análisis, la forma de vida urbana e industrial actual solo ha sabido generar riqueza de manera lineal: "A partir de un recurso se fabrica un producto y se genera un residuo". Sin embargo, las comunidades campesinas preindustriales manejaban, lo que ahora se denomina "economía circular", incorporando los residuos como nuevos recursos al sistema productivo.

El investigador asturiano considera la aldea una "especie territorial" en peligro de extinción. Se refiere a una estructura urbana muy antigua e inteligente, emplazada en el campo, que durante milenios mantuvo el equilibrio ecológico hasta la consolidación de la sociedad urbana e industrial a mediados del siglo pasado.

La pérdida de las aldeas supone, en su opinión, perder la capacidad e inteligencia para relacionarse con la naturaleza sin destruirla. "Si perdemos esa capacidad, estamos perdidos", advierte, aunque reconoce que las aldeas del pasado también atravesaron estrecheces que no deben eclipsar lo más brillante de su organización.

Incendios y desequilibrios ecológicosuna nueva econocia Jaime Izquierdo

Los efectos del declive rural ya se perciben en grandes incendios y desequilibrios ecológicos. Izquierdo Vallina identifica tres factores en los incendios: condiciones ambientales favorables, una chispa y combustible. Mientras el cambio climático actúa como acelerante y las chispas como desencadenantes, la enorme acumulación de biomasa en el monte por el abandono campesino se convierte en el factor determinante.

Para recuperar la funcionalidad de la aldea sin renunciar a la modernidad, propone combinar el saber hacer local con las nuevas tecnologías y la innovación. Las aldeas no deben ser "rémoras de un pasado perdido", sino aspirar a la modernidad, pudiendo ser además cosmopolitas y relacionarse con todo el mundo.

Su experiencia en los Picos de Europa, plasmada en el libro "Marqueses, funcionarios, políticos y pastores", ilustra cómo durante cinco mil años las comunidades locales de pastores queseros construyeron un eficiente agroecosistema que entró en declive tras su declaración como Parque Nacional, precisamente por no contar con la participación activa de los pastores y su cultura en la gestión territorial.

El papel del Nordeste de Segovia

Respecto al papel que pueden jugar comarcas como el Nordeste de Segovia en este proceso de recuperación, Izquierdo Vallina se muestra prudente y evita adelantar recetas. Las posibilidades de cada lugar dependen, más que de la disponibilidad de recursos, de las capacidades de la comunidad para innovar y su perseverancia ante las dificultades.

Aunque reconoce que la evolución de los pueblos durante los últimos cien años no ofrece muchas razones para el optimismo, considera que la solución no pasa por el éxodo hacia las grandes ciudades. El abandono rural es un problema de cohesión territorial que afecta a todo el país y a toda la sociedad.

Su consejo para los jóvenes emprendedores rurales es claro: deben conocer íntimamente la historia y cultura de los pueblos, mirarla con nuevos ojos y buscar proyectos que combinen la identidad del lugar con su formación académica.

El modelo ideal de aldea del futuro

Izquierdo Vallina define su visión del futuro ideal de la aldea basándose en su último ensayo. Además de infraestructuras y servicios públicos suficientes, es fundamental que exista una comunidad local organizada y capacitada para liderar el proceso, movilizando cooperativamente el sistema agroecológico local, constituyendo una comunidad energética y diversificando el tejido empresarial.

Aunque reconoce que se trata de un planteamiento teórico que necesita ser ensayado mediante prototipos, confía en que con una nueva economía y desarrollo comunitario, la aldea puede convertirse en un lugar más atractivo para vivir que los suburbios de las grandes ciudades.

Jaime Izquierdo Vallina defiende la recuperación de los pueblos combinando tradición e innovación tecnológica