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Crisis vivienda CyL: 360.000 pisos vacíos sin medidas efectivas
La Junta de Castilla y León anunció el pasado viernes una inversión de apenas un millón de euros para cubrir sobrecostes en la construcción de 98 viviendas rurales, una medida que expertos califican de insuficiente ante la grave crisis habitacional que sufre la comunidad. Esta aportación de 1.034.847 euros, destinada a compensar el incremento de precios en la construcción, representa menos del 0,1% del presupuesto anual de la Junta.
La comunidad arrastra una preocupante ausencia de planificación en materia de vivienda: con 360.604 viviendas vacías (19,71% del total) y otras 253.097 de uso esporádico, Castilla y León es la tercera comunidad con mayor tasa de viviendas deshabitadas de España. La inacción de las administraciones públicas ante esta situación resulta especialmente grave, al carecer de medidas fiscales y sancionadoras que incentiven la incorporación de estas viviendas al mercado. Expertos del sector inmobiliario señalan que muchos de estos inmuebles abandonados no solo representan una oportunidad perdida para ampliar la oferta habitacional, sino que además suponen un riesgo para la salubridad y seguridad públicas en numerosos municipios.
El programa estrella de la Junta para la rehabilitación de viviendas, Rehabitare, ha conseguido rehabilitar 550 viviendas en toda la comunidad desde su inicio hace 15 años, con una inversión total de 30,3 millones de euros. A pesar de la colaboración con obispados y diputaciones provinciales, y la previsión de 134 nuevas actuaciones hasta final de legislatura, estas cifras contrastan dramáticamente con las más de 360.000 viviendas vacías existentes en la región.
La gestión de ayudas, otro punto débil
Los retrasos en la gestión de ayudas europeas para eficiencia energética y alquiler superan los seis meses, evidenciando problemas administrativos estructurales. La Junta tampoco ha implementado medidas contempladas en la Ley estatal de Vivienda, como la declaración de zonas tensionadas para controlar los precios del alquiler, especialmente necesaria en áreas urbanas y sus periferias.
La construcción de estas 98 viviendas contrasta con las más de 600.000 infrautilizadas en la región y agudiza la falta de un plan estratégico de vivienda que se refleja especialmente en el medio rural, donde numerosos pueblos carecen por completo de oferta de alquiler. Mientras tanto, la proliferación de viviendas turísticas en zonas urbanas reduce aún más el parque disponible para residentes habituales.
La inversión anunciada hoy, aunque necesaria, evidencia la ausencia de una política integral de vivienda que aborde los problemas estructurales: la falta de un parque público robusto, la inexistencia de medidas efectivas para el control de precios, y la carencia de programas específicos para colectivos vulnerables y jóvenes.