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La crisis del campo español: entre la supervivencia y la transformación
Extracto adaptado del reportaje publicado en la revista Ethic el 16 de enero de 2025
El día a día de Óscar Moret, fruticultor en la comarca del Bajo Cinca (Huesca), refleja la realidad de miles de agricultores españoles. Con una finca de 33 hectáreas de melocotones y nectarinas, además de una granja porcina, su jornada se extiende desde las seis y media de la mañana hasta las nueve de la noche, especialmente dura durante los meses de verano cuando el termómetro alcanza los 40ºC.
Su explotación es representativa de las 914.000 que hay en España, según el último censo agrario del INE de 2020. Los datos ya entonces eran preocupantes: en una década, las explotaciones agrarias se redujeron un 7,6% y las ganaderas un 30%. La atomización del sector, con una media de 17 hectáreas por explotación, dificulta la rentabilidad y hace a los agricultores vulnerables ante las fluctuaciones del mercado.
Los precios, principal dolor de cabeza
La disparidad entre los precios en origen y los de venta al consumidor es uno de los principales problemas del sector. "Este año he vendido las cebollas a 20 céntimos el kilo cuando en cualquier superficie comercial están a 2 euros y pico", denuncia Miguel Padilla, secretario general de COAG.
El marco regulatorio europeo también supone un desafío importante. Las recientes protestas del sector tienen su origen en el Pacto Verde Europeo y la excesiva burocracia que conlleva. Además, los agricultores denuncian la falta de reciprocidad en las exigencias con productos importados de países no comunitarios, tanto en el uso de fitosanitarios como en condiciones laborales.
El cambio climático está afectando directamente al sector. La falta de agua para riego, el adelanto en la maduración de algunas variedades y los fenómenos meteorológicos extremos están obligando a adaptar los cultivos y las prácticas agrícolas.
Pero quizás el mayor reto sea el relevo generacional. Más del 60% de los agricultores españoles tiene más de 55 años y solo el 6% menos de 35. "El relevo ya no lo toman otros agricultores sino grandes compañías", advierte Moret, señalando un cambio fundamental en el modelo agrario tradicional.
Esta situación tiene un impacto directo en la España vaciada: en el 70% del territorio nacional solo viven 4,2 millones de personas. Las organizaciones agrarias coinciden en que mantener una agricultura familiar rentable y sostenible es clave para frenar la despoblación rural.