Abre sus puertas
Las Navias: el primer albergue accesible de la Sierra de Ayllón abre sus puertas en Riofrío de Riaza
El proyecto nace del deseo compartido con amigos y amigas con discapacidad física que expresaban su anhelo de poder pasear con la silla de ruedas bajo los árboles, explican los impulsores de Interdependientes S. Coop., la cooperativa que gestiona el albergue. La rehabilitación de la casa familiar de los abuelos en Riofrío de Riaza, el pueblo más alto de la provincia de Segovia, enclavado en plena montaña, brindó la oportunidad perfecta para materializar un proyecto que llevaban años gestando.
La financiación a través de los fondos LEADER ha sido fundamental para hacer realidad esta iniciativa de dinamización económica y social del territorio, un proyecto que apuesta por la inclusión, la sostenibilidad y el desarrollo rural.
El nombre del albergue, Las Navias, hace honor a un localismo del pueblo que designa a los arándanos silvestres que crecen en lo más alto del territorio. "Es la deformación de la palabra anavia", aclaran. Esta elección no es casual: en el mural de esgrafiado que preside la rampa de acceso, las navias aparecen integradas en su hábitat natural, entre animales y árboles que forman corredoiras. "No son el centro del mural, son un elemento más y necesitan este entorno para crecer y existir", una metáfora perfecta del concepto de interdependencia que da nombre a la cooperativa.
Interdependencia frente al individualismo
"Los seres humanos somos dependientes unos de otros y también de la naturaleza, ya que somos naturaleza", argumentan Montse y José para explicar la elección del nombre de su cooperativa. En un contexto social donde prima el individualismo y la independencia como valores supremos, estos cooperativistas reivindican la interdependencia como realidad fundamental del ser humano. "Hay etapas de la vida en las que no se nos ocurre pensar que no necesitamos a nadie: cuando somos bebés, mayores o tenemos una necesidad pasajera", reflexionan, añadiendo que muchas veces esa necesidad puede ser permanente y los espacios no están preparados para ello.
La apuesta por el mundo rural de Riofrío de Riaza responde a una visión integral que combina las raíces familiares con un modelo económico alternativo. "Es una apuesta por un tipo de presencia y economía no industrial y vinculada a los recursos de la propia naturaleza, sin que suponga una explotación ni daño a la misma", explican, buscando un equilibrio y respeto al entorno que invite a los visitantes a conectar con los ciclos naturales.
Accesibilidad universal como seña de identidad
Las medidas de accesibilidad implementadas superan la normativa básica de la Junta de Castilla y León. El albergue cuenta con rampa de acceso, ascensor hidráulico, puertas correderas con tiradores adaptados, inodoros suspendidos, aseos con sumideros y equipación de grúas de bipedestación y transferencia, elementos de apoyo en el baño y espacios amplios de giro para las sillas de ruedas. Todo el mobiliario es abatible y movible para permitir los accesos y el mayor espacio posible.
A medio plazo, los planes incluyen mejorar la iluminación para personas con dificultades de visión y adquirir un bucle magnético para facilitar la audición. "Queremos diseñar y ofrecer rutas accesibles por este entorno natural", adelantan, conscientes de que no son necesarias rutas largas debido a la autonomía limitada de las sillas de ruedas. "La estancia en el pueblo ya es poder participar de la montaña y los bosques", afirman.
Experiencia y compromiso previo
La inspiración para este enfoque inclusivo proviene de años de colaboración voluntaria en entidades de personas con discapacidad. "Nos hemos encontrado con infinidad de dificultades, barreras arquitectónicas e incomprensión a la hora de poder realizar una actividad de ocio, económica, espiritual o educativa", relatan. Detalles tan básicos como encontrar un lugar donde comer o un aseo accesible se convertían muchas veces en tareas imposibles. "Las actividades de la vida diaria para este colectivo resultan en sí mismas una aventura difícil de resolver", constatan, y el albergue busca ofrecer respuestas sencillas y prácticas.
Lo que diferencia a Las Navias de otros albergues de montaña es su capacidad para acoger a grupos y asociaciones de personas con discapacidad física y motórica, con doce plazas adaptadas para sillas de ruedas, un número inusual en establecimientos de este tipo en entornos rurales de montaña.
Educación ambiental y sostenibilidad
El albergue se sitúa en la Sierra de Ayllón, perteneciente a la red Natura 2000, junto al hayedo de la Pedrosa, que forma parte del hayedo de Tejera Negra, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad. El edificio funciona con geotermia para calefacción y agua caliente sanitaria, y placas solares para electricidad, convirtiéndose en sí mismo en un espacio de educación en el uso de energías renovables.
Entre las actividades previstas figuran rutas accesibles de diferentes niveles para personas con movilidad reducida, rutas de senderismo y cicloturismo de distinta dificultad, e itinerarios temáticos sobre patrimonio histórico-artístico, botánica, arquitectura popular, gastronomía, artesanía y cañones naturales. "No se trata de hacer una oferta de consumo masivo de personas y actividades, sino de un trato personalizado para descubrir la importancia del cuidado de la vida", precisan.
Una experiencia memorable
Entre las experiencias ya vividas destaca la visita en septiembre de un grupo de catorce ciclistas franceses de entre 65 y 79 años que realizaban una ruta de 2.300 kilómetros desde Beynat (Francia) hasta Cádiz, siguiendo las huellas de emigrantes franceses del siglo XVIII. Riofrío de Riaza fue el hogar de Pierre Delon, un emigrante que trajo al pueblo la simiente de la patata de riñón y la industria del torno de ballesta para trabajar la madera.
La casualidad permitió que desde el albergue se organizara un encuentro entre el grupo ciclista y la familia de descendientes de Pierre Delon, con la presencia de la investigadora Chantal Sobieniak, autora del libro que documenta esta emigración histórica. El encuentro, patrocinado por el Ayuntamiento de Riofrío de Riaza, unió dos pueblos y dos épocas en una jornada memorable el 18 de septiembre de 2024.
Sueños de futuro
Los objetivos a medio plazo son ambiciosos. Montse y José aspiran a convertir Las Navias en un centro reconocido de acogida de grupos de personas con discapacidad y de formación a nivel social y ambiental, con vínculos con universidades y servicios sociales. La oferta formativa prevista incluye cursos de habilidades sociales, economía social y solidaria, comercio justo, espiritualidad y desarrollo comunitario.
También buscan generar impacto económico en la zona, dinamizando las empresas locales y creando una red de albergues en los pueblos de esta parte de la sierra para poder ofrecer caminos de varias etapas de senderismo o cicloturismo. "Nos gustaría generar una marca de rutas desde esta zona", avanzan.
El mensaje que lanzan a quienes estén pensando en visitarles es claro: "Que se atrevan a conectar con sus raíces naturales y sociales. Venid a experimentar el ritmo de la vida… naturalmente". Un refugio donde la accesibilidad, la inclusión y el respeto por el entorno se dan la mano para ofrecer una experiencia única en plena Sierra de Ayllón.
