Reportajes
Tanarro: 63 vecinos unidos contra el abandono institucional
La Asociación de Vecinos surgió precisamente en aquella época, a finales de los 90, impulsada por los grupos de vecinos para revertir el estado de abandono institucional que tenía el pueblo y para intentar canalizar las necesidades desde el punto de vista urbanístico, de saneamiento y de infraestructuras. Desde entonces, su presidenta, Blanca López, tiene las ideas muy claras: si las administraciones no llegan, los propios vecinos deben tomar la iniciativa.
La asociación cuenta actualmente con 63 socios: 43 de pleno derecho y 16 simpatizantes. Aunque solo 5 residen en el pueblo todo el año, muchos de los socios acuden casi todos los fines de semana, manteniendo así una vinculación constante con Tanarro que se traduce en un alto grado de participación en las actividades.
Esta particular composición de socios explica en gran parte el éxito de su modelo organizativo, que combina la nostalgia y el cariño por el pueblo con la necesidad práctica de mantenerlo en buenas condiciones para el disfrute de todos.
Un calendario de actividades que abarca todo el año
La programación anual de la asociación combina celebraciones tradicionales con trabajos comunitarios. En otoño organizan un cocido comunitario, en primavera celebran Santa Bárbara y en agosto tienen lugar las fiestas patronales, que se han convertido en el evento estrella del año.
Sin embargo, como explica López, "lo más importante son los trabajos comunitarios frente al abandono de la administración" para realizar el mantenimiento del pueblo. La clave de su filosofía se resume en una frase: "Unimos una celebración festiva con una actividad de trabajo".
Fiestas de agosto: celebración y acción
Las fiestas patronales del primer fin de semana de agosto son mucho más que una celebración. "Son citas a las que acude gran cantidad de vecinos, tanto socios como no socios, porque hay otros cuantos vecinos que no son socios pero pertenecen también al pueblo y se sienten vinculados", explica López.
Durante estos encuentros festivos, los vecinos se organizan para realizar tareas de mantenimiento esenciales como la poda, limpieza de zonas comunes, pintura de bancos o del Centro Cultural Teleclub que tienen cedido por el Ayuntamiento. "Aprovechamos siempre para hacer trabajos comunitarios", señala la presidenta.
Frente al abandono institucional
Esta estrategia nace de una necesidad real: "Seguimos estando en un estado un poco de abandono frente a la administración", reconoce la presidenta. La asociación ha convertido esta dificultad en una oportunidad para fortalecer los vínculos comunitarios.
El resultado es una comunidad más cohesionada y un pueblo mejor cuidado, donde los propios vecinos se han convertido en los guardianes de su entorno ante la ausencia de recursos institucionales suficientes.
Los desafíos a los que se enfrenta la Asociación de Vecinos de Tanarro son "algo tan básico, tan sencillo" pero a la vez tan esencial como el asfaltado de las calles del pueblo. "Tanarro es una de las pocas pedanías que aún permanecen con las calles sin asfaltar", denuncia López.
El problema se agravó este año con las intensas lluvias, que convirtieron las calles en intransitables y sacaron el tema a la luz pública. "Hemos salido en las noticias durante este año porque hubo momentos en los que era imposible transitar por el pueblo", recuerda la presidenta.
Sin embargo, la constante presión de la asociación parece estar dando frutos. "Debido a nuestras reivindicaciones constantes y peticiones de ayuda, parece que finalmente tanto la Diputación como el Ayuntamiento van a hacerse eco de nuestras quejas y van a abordar el problema", explica López con cautela pero esperanza.
Otro reto mayor al que se enfrenta la asociación es "el tema de la plaga de moscas", que López define como "un problema de sanidad, un problema de salud pública que necesitamos resolver". Este asunto requiere una coordinación entre la asociación, los pedáneos y las distintas administraciones (Ayuntamiento, Diputación y Junta), ya que "esto tiene que solucionarse en breve".
El valor de lo sencillo
La experiencia de Tanarro demuestra que las asociaciones de vecinos pueden ser mucho más que organizadoras de actividades culturales. En manos de personas comprometidas como Blanca López, se convierten en verdaderos motores de transformación social que combinan la celebración de las tradiciones con la reivindicación de mejoras básicas pero fundamentales para la calidad de vida.
Su ejemplo nos recuerda que mantener vivos nuestros pueblos requiere tanto de la fiesta como del trabajo, tanto de la celebración como de la reivindicación, y que cuando las dos van de la mano, los resultados pueden ser extraordinarios.