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Personajes del Nordeste

De Madrid a Cerezo de Abajo: la vida de un Despistado en la sierra

Cuando piensas en músicos de bandas que llenan pabellones, no imaginas que puedan vivir en un pueblo de 50 habitantes de la sierra de Segovia. Pero esa es exactamente la elección que hizo el bajista de Despistaos, quien cambió el asfalto madrileño por la tranquilidad de Cerezo de Abajo. Una decisión que habla de búsqueda de autenticidad, de recuperar ritmos humanos en un mundo acelerado, y de descubrir que la vida plena no está reñida con el éxito profesional.

La respuesta corta a cómo acabó un bajista de Despistaos viviendo en Cerezo de Abajo es simple: su pareja es del pueblo. Pero la respuesta larga tiene más que ver con una búsqueda vital. Madrileño "de Madriz" de toda la vida, llevaba años sintiendo que su cuerpo le pedía alejarse de las masas de la gran ciudad. Huir de la boina madrileña, respirar aire fresco y encontrar tranquilidad cinco días a la semana se había convertido en un objetivo vital, en algo fundamental.

Y la vida de alex3músico en un pueblo de la sierra resulta, según confiesa, sinceramente maravillosa. Esa búsqueda de paz interior, especialmente necesaria en tiempos donde todo es de usar y tirar y todo va a 200 kilómetros por hora, encontró su respuesta en Cerezo. Un pueblo muy pequeño, familiar, donde todos se conocen, a pie de sierra, con leña en el jardín para calentarse. Un lugar ideal.

Para él, recuperar gestos que se están perdiendo no tiene precio. Pedirle sal al vecino, llevarle a José Luis un trozo de quiche cuando queda rica, y que él le traiga huevos de sus gallinas... Eso es lo que realmente valora en su forma de ver la vida.

Cinco años en la cresta de la ola

Aunque reconoce no ser el más apropiado para responder sobre cómo se vive el momento actual después de 20 años de carrera —él lleva apenas cinco años tocando el bajo en la banda, aunque trabaja con Despistaos desde hace dos décadas—, sí puede afirmar que para todos, tanto miembros originales como nuevos, llenar el Palacio de Vistalegre Arena ha sido un hito.

Cuando muchos creían que Despistaos era una banda de la edad dorada del pop español que quedaría ahí, la realidad es que en los últimos años han crecido más que nunca. Las pruebas de ese exitazo en el antiguo Vistalegre así lo demuestran. Y lo mejor, destaca con entusiasmo, es que siguen sacando temas nuevos que la gente canta tanto o más que los clásicos. "Yo nos veo totalmente en la cresta de la ola", asegura.

No es casualidad que esta gira que están acabando —aún quedan algunos conciertos antes de Navidad— se haya llamado "Mi Mejor Momento Tour".

Conciliación desde la sierra

Compaginar la vida en Cerezo con giras y conciertos resulta, por suerte, muy sencillo. Despistaos tiene su campamento base en Madrid, aunque la banda sea originaria de Guadalajara, y desde allí salen siempre para tocar. Él solo tiene que hacer una hora más hasta la capital, o a veces una hora menos si van hacia el norte y le recogen en el pueblo.

Además, tiene la suerte de que este trabajo es ideal para la conciliación familiar. Puede estar casi siempre en casa con su familia, al menos entre diario, de sol a sol. Aunque luego tenga que irse y dormir fuera —reconoce que la que más lo sufre es su pareja, que se queda sola con toda la tropa en casa: tienen tres hijos—, el tiempo que pasa en el pueblo es de calidad, y el 95% está dedicado a su familia. El 5% restante, confiesa entre risas, se lo lleva el pádel.

Creatividad entre extraescolares y paseos por la sierra

Con dos hijas y un hijo, explica que su creatividad va más enfocada a cuadrar horarios de extraescolares con paseos por el camino de la sierra o ratos de bicicleta en la plaza. Sabe que el entorno es ideal para inspirarse, pero la realidad es que casi toda la creatividad que aporta a Despistaos nace en estudios de grabación o locales de ensayo.

La esencia de la cercaníaalex 2

Despistaos siempre ha presumido de cercanía con su público, y mantener esa esencia tras llenar el Palacio de Vistalegre es una cuestión de naturalidad y sencillez. Tanto la banda como los individuos que la componen son, en su opinión, muy sencillos —que no simples—. Pese a que ese concierto se haya vivido desde dentro como un hito, ya están otra vez en carretera y no ha cambiado nada.

Siguen haciendo planes para conciertos con los fans de siempre, que ya se han convertido en amigos, y recibiendo a los nuevos con toda la humildad del mundo. "Creo que en el gremio de la música Despistaos tiene fama de buena gente", señala. Y añade con humor: "Mira que brillamos todos, pero no hay estrellas".

Planes de futuro: nuevo disco y Latinoamérica

El plan más inmediato es publicar un nuevo disco el año que viene, que suena increíble y cree que está lleno de hits. Alguno ya se ha publicado, de hecho, y está en todas las plataformas, como "Nunca la primera" o "Muérdeme", que reconoce es su favorita.

Un plan que también es un sueño es seguir creciendo en Latinoamérica. Ya han ido varias veces y es una pasada todo lo que viven en países tan lejanos cuando encuentran gente que adora la banda.

Una invitación a la vida plena

Cuando se le pregunta si recomendaría el nordeste a otros músicos, con todo lo dicho ya estaría feo que no lo hiciera, bromea. De hecho, ya lo ha hecho. Cada vez que viene algún amigo a visitarle, sea o no artista, les da bastante envidia, y él les anima a que se atrevan, porque al final solo es eso: tener valentía para dar el paso y tener una vida plena.

Su reflexión final es contundente: "Sin paz no hay plenitud, y paz es lo que me ha dado a mí Cerezo de Abajo".

Gracias a @kikedeserrano por las fotos