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‘Nuestros pueblos al detalle’ #6: Carrascal del Río | Diputación de Segovia

Nuestros pueblos

Carrascal del Río: un tesoro histórico entre las hoces del duratón

Asentado sobre antiguas civilizaciones y bañado por el río Duratón, Carrascal del Río combina su rico patrimonio histórico con una economía sostenida por la industria hidroeléctrica, la minería y el turismo rural. Su término municipal incluye parte del Parque Natural de las Hoces del Duratón, declarado en 1989 y catalogado como ZEPA

Carrascal del Río, antiguamente conocida solo como Carrascal hasta el siglo XVIII, esconde tras su nombre una rica historia que se remonta a la época de los arévacos y la posterior Septempublicam romana.

El municipio, que incluye el núcleo de Burgomillodo, está enclavado en el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. Debe su denominación a los antiguos bosques de carrascas que poblaban la zona. Su ubicación estratégica atrajo a distintas civilizaciones, desde los romanos -de los que aún se conservan restos de murallas- hasta los visigodos, quienes establecieron uno de sus principales asentamientos a finales del siglo V.

El valor estratégico de Burgomillodo

Burgomillodo, conocido popularmente como El Burguillo, tiene sus orígenes en el repoblador Millán, hijo de Ado. Este barrio alberga el embalse homónimo sobre el río Duratón, construido en 1953 con capacidad para 14 hectómetros cúbicos. A sus pies se encuentra una central hidroeléctrica y una mina a cielo abierto de feldespato potásico, que junto al turismo rural mantienen viva la economía local.

Patrimonio natural y rutas senderistas

La joya arquitectónica del municipio es la ermita de San Frutos, declarada Monumento Histórico Artístico. Ubicada sobre las Hoces del Duratón, este santuario recibe numerosos visitantes durante todo el año, atraídos tanto por su valor histórico como por el incomparable entorno natural que lo rodea.

Entre las rutas destacadas se encuentra el sendero Barrancos del Duratón, un recorrido circular de 15 kilómetros que atraviesa los Cañones y Arroyos de Valdehornos, de la Hoz y de la Ovejera. También destaca la Senda de la Vega, un trayecto de 4,5 kilómetros que discurre paralelo al río entre la Presa de Burgomillodo y el Área Recreativa de Carrascal.

Entre su patrimonio arquitectónico resalta la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y San Blas, que conserva elementos románicos como dos ábsides semicirculares y su pila bautismal. El término municipal ofrece un variado paisaje de estepas, pinares resineros, tierras de cultivo y bosques de ribera.